Boda de Kim Kardashian y Kanye West. Por fin llegó el gran día. Kim Kardashian y Kanye West ya son marido y mujer. La suya era una de las bodas más esperadas del año, y pocos habían confiado en que fuese “una ceremonia sencilla”, tal y como afirmaban algunas fuentes cercanas a la pareja meses antes del enlace. Una boda a la italiana en un imponente castillo del siglo XVI, miles de dólares en arreglos florales y actuaciones en directo de estrellas de la canción. Lujo y ostentación en una romántica y divertida ceremonia que no ha dejado indiferente a nadie.
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Mucho se había especulado acerca de dónde sería finalmente la boda. La pareja jugó al despiste hasta el último momento, dejándose ver tanto en París como en Florencia y haciendo reservas en ambas ciudades. Y si, en efecto, las celebraciones prenupciales tuvieron lugar en la Ciudad de la Luz, ha sido la fortaleza florentina de Belvedere el lugar donde la pareja se ha dado el “sí, quiero”.Otra de las grandes incógnitas de la ceremonia: el vestido de Kim. Balmain, Lanvin, Azzedine Alaia… los rumores abarcaban todo tipo de opciones, pero ha habido que esperar al gran día para conocer la elección de Kim, que finalmente ha optado por un diseño de Givenchy. Un vestido de sirena con encaje blanco manga larga y espalda descubierta, con delicadas aplicaciones de encaje transparente en las mangas, según informa la publicación británica Daily Mail. Un largo velo coronaba el estilismo de Kim, que ha escogido un peinado con melena suelta y sobrio maquillaje. Givenchy no sólo ha vestido a la novia: Kanye llevaba un traje de la misma casa e incluso la pequeña North, la hija de 11 meses de la pareja, ha lucido una creación de la firma francesa.